viernes, 5 de octubre de 2007

Música: Por fin fecha de lanzamiento para el séptimo álbum de Radiohead

Muy graciosos los chicos de Radiohead. Después de hacernos esperar 5 años teniendo ya las canciones de su nuevo disco pero sin firmar contrato con discográfica alguna, después de 5 años de presentar las "nuevas canciones" en recitales, después de 5 años de pudrirnos en sus blogs con mensajes oscuros y lamentos de Sir (¿cómo? ¿que no lo es aún? Espabila reina) Thom Yorke respecto al cambio climático, bueno, después de todo ese misterio críptico-ecologista, anuncian su disco para enero en la BBC, nos dicen que se llama In Rainbows y que...¿cada comprador pagará lo que quiera por el mismo? ¡Y encima se va a poder bajar en tres días!


¡Esa es la esencia de Radiohead! Lo suficientemente poco comerciales para atraer a toda la subespecie snob musical indie (yo soy uno de ellos, lo confirmo), pero lo suficientemente poco desconocidos para sacar discos de platino en el Reino Unido o los States. De ese modo guardan su reputación de "mejor banda de la actualidad" sin necesariamente morirse de hambre ni mucho menos.

Aquí la portada del disco:


Y aquí una preview de sus canciones: Videotapah!




When I'm at the pearly gates
This'll be on my videotape
My videotape

When Mephistopheles is just beneath
And he's reaching up to grab me

This is one for the good days
And I have it all here
In red blue green
On my videotape

You are my centre when I spin away
Out of control on videotape
On videotape

This is my way of saying goodbye
Because I can't do it face to face

No matter what happens now
I won't be afraid
Because I know today has been the most perfect day I've ever seen.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Libros: Emily Brontë - Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights)


Bueno, resulta que un burgués ocioso de la ciudad, el señor Lockwood (cagao en guita se supone, como todo burgués en pleno auge capitalista de la Inglaterra Victoriana), decide -vaya a saber uno la razón- irse a vivir un tétrico paraje de la campiña inglesa rodeado de pantanos, caminos intransitables, tierra poco fértil, y comprarse una granja. Pero cuál es su sorpresa al ir a visitar a su arrendatario en una residencia cercana a su flamante nueva granja, de nombre “Cumbres Borrascosas”. El arrendatario –de nombre Heathcliff- no sólo es un psicópata que no niega en sonreir cuando una manada de sus perros intenta engullirse al desafortunado inquilino –al que no le ofrece nada de comer pues en la casa “no hay cocina, sólo jamones colgando del techo”- sino que además el resto de los huéspedes del lugar están completamente locos, se odian entre ellos, y también tratan al pobre burgués como si de fanáticos marxistas capaces de estrangularlo al mínimo descuido se trataran. Para colmo, debido a la nieve, los pantanos, lo intransitable de los caminos y todo lo anterior que hemos mencionado; Lockwood se ve obligado a quedarse una noche en "Cumbres Borrascosas" y, como para dejarlo un poco más tranquilo, no puede pasarle nada mejor que ver a un fantasma.

En lugar de irse corriendo del lugar, como un “cálculo racional costos-beneficios” burgués-victoriano lo marcara, Lockwood decide volver a su nueva granja, “La Granja de los Tordos”, y en plan la familia-yanqui-burguesa-somos-muy-machos de “El Fantasma de Canterville” de Wilde, pedirle a su ama de llaves que le cuente un poco sobre aquellos siniestros personajes que ha conocido.

¡Pedirle que le cuente un poco!

El ama de llaves, ni corta ni perezosa, comienza a narrarle “brevemente” la historia que, dada su naturaleza chismosa y el comprensible embole que tendría la vieja de vivir toda su puta vida allí, dura nada más y nada menos que unas 300 páginas en letra pequeña, historia la cual el señor Lockwood transcribe para nosotros “de forma casi literal” porque aparentemente también gozaba de una prodigiosa memoria para dichos menesteres.

La narración más o menos se reduce a lo siguiente: Heathcliff es, desde su más tierna infancia, alguien malo, malísimo, sobrenaturalmente MALO, quien no duda en hacer, a través de los años en los que transcurre el relato, las cosas más pérfidas y perversas a toda persona pura o buena que se le cruce: bebés, niños, adolescentes, ancianos, hasta su propio hijo…todos son víctimas de los maquiavélicos planes de Heathcliff, de sus nada medidos insultos, de sus golpizas y sus constantes carcajadas BWAHAHAHA de “MALO ENTRE MALOS”, acciones cuya meta final no es la riqueza ni nada, sino vengarse de todo el mundo porque “se lo merecen”, a pesar de que no le hayan hecho absolutamente nada.

La única que se libra de tan absoluta e indiscutible MALDAD es curiosamente la autora del relato, el ama de llaves, quien no siente ningún reparo en decir que Heathcliff “hasta le guardaba cierta estima”, suponemos que por no hacer absolutamente nada útil a lo largo de la historia para detener los planes del malo-entre-malos más que darle dos o tres regaños del tipo “Oh, vaya. ¡Qué malo es Usted! ¡Debería darle vergüenza!”.

La obra, pues, puede leerse bien en forma sadista-humorística, poniéndonos en el lugar de Heathcliff (algo harto imposible, pues es un personaje detestable donde los haya) y reírnos maliciosamente junto a él con sus constantes crueldades hacia todo personaje bueno que aparezca en la obra (que sabemos de antemano que están condenados a la fatalidad de sufrir, sufrir y nunca dejar de sufrir), o bien en plan moral y esperar que Heatchcliff reciba su justo castigo, llevándonos por supuesto una tremenda decepción.

El libro me lo recomendó mi hermano que me dijo que era “precioso”. Será porque nunca lo habrá leído.

Libros: J. D. Salinger - El Guardián Entre el Centeno (The Catcher In The Rye)




Este libro es bueno, muy bueno, y hace tiempo que no me sentía tan identificado con el personaje de una novela. The Catcher In The Rye (la explicación del título se la dejo para los lectores de la misma) es una historia que narra en primera persona las desventuras Holden Caulfield, un ¿rebelde? adolescente expulsado de su colegio a quien no se le ocurre mejor idea que vagar por las calles de Nueva York en lugar de recibir la merecida puteada de sus padres. A través de los pensamientos de Holden –cuya mayor preocupación además de querer echar un polvo y emborracharse es saber a dónde van los patos del Central Park en invierno-, sus acciones y las reacciones que dichas causan en los demás, vemos una extraña dicotomía: siendo un joven inmaduro (y un poco demente) para los demás; nuestra permanente aproximación a su forma de razonar nos hace ver que, en cierto modo, su visión del mundo plagada de estereotipos y críticas contundentes es más coherente y justa que la del mundo de falsedades que lo rodea:

“Y entonces la vi. ¡Jo! Qué chica tan impresentable. Seguro había pasado tres horas arreglándose frente al espejo para impresionar a todos los joputas de sus amigos. ¡Jo! Menuda puta. Me sentí tan asqueado que tuve que ir a la barra a pedir un whisky. El barman me preguntó qué edad tenía y no quiso dármelo. ¡Peaso hijoputa! ¡Mecagoentó’!”.

La traducción gallega al estilo Mundos-de-Yupi-pero-para-niños-ya-creciditos (Hay 300 “¡Jo! ¡Joputas!” por página) es una bendición, pues imagino que una traducción rioplatense aggiornada a nuestros tiempos no hubiera sido más apta para menores que la letra de una canción de los Pibes Chorros.

De hecho, y a pesar de su fecha de publicación –finales de los 40s- y de ser un must-read en las clases de lengua inglesa de los Estados Unidos, El Guardián Entre el Centeno sigue siendo un libro que despierta polémica en nuestra amada y puritana Norteamérica. Según Wikipedia, porque trata temas tan “conflictivos” como que un adolescente de 17 años quiera tener sexo o emborrachase. ¡Algo totalmente inexplicable a esa edad!

Decía que me sentía identificado…Yo también soy en extremo inmaduro (y eso que tengo 22 años) y miro con cierto rencor a los códigos sociales y su hipocresía. La única diferencia es que si yo terminara vagando por mi ciudad, Montevideo, probablemente moriría del embole a las dos horas o bien sería asaltado por uno de mis menos agraciados conciudadanos. Tampoco hay patos en los lagos o fuentes de aquí; ni siquiera hay agua, supongo que en una muy razonable medida de la IMM para erradicar al dengue que nunca llegó a estas tierras. Eso, o porque desde el gobierno de Tabaré está totalmente fundida.

Lo más destacado –y bello y dulce del libro poniéndonos un poco sensibles amariconaos- es la relación de Holden con su hermana menor Phoebe (el único personaje femenino al que no insulta ni quiere tirarse en la obra) que representa la inocencia y sinceridad infantil que el protagonista tanto admira y echa de menos. La escena final del penúltimo capítulo da como para emocionarse, y guarda un mensaje más bello y contundente que millones de novelas más populares en estas tierras. Y de todos modos es una lástima que no se haya subido al tiovivo.

Finalizando, un abrazo a mi amigo Rodrigo –que me miró raro en su momento por no conocer la existencia de esta novela- y mi agradecimiento por habérmela recomendando.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Alienación

Definición académica:


alienación.

(Del lat. alienatĭo, -ōnis).

1. f. Acción y efecto de alienar.

2. f. Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición.

3. f. Resultado de ese proceso.

4. f. Med. Trastorno intelectual, tanto temporal o accidental como permanente.

5. f. Psicol. Estado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad.





Mi definición:

La alienación como rutina. La alienación como pérdida del propósito. La alienación como imposibilidad de nuestra realización. El pasillo cada vez se angosta más y más, nuestras opciones vitales van desapareciendo (fatalidad): ya no seguimos nuestro camino, sino el camino funcional al todo social. El triunfo de lo colectivo por sobre lo individual: cada vez más viejos, cada vez más rutinarios. Se condena a la espontaneidad -¡qué cosa tan horrible!-, rutina, rutina, rutina, puedes sentir si quieres, pero jamás lo manifiestes: sería socialmente incorrecto.


Una canción:

(una enorme canción de hecho)



Transport, motorways and tramlines,
starting and then stopping,

taking off and landing,
the emptiest of feelings,

disappointed people,
clinging on to bottles,

and when it comes it's so, so, disappointing.

Let down and hanging around,
crushed like a bug in the ground.

Let down and hanging around.

Shell smashed, juices flowing wings twitch,
legs are going,

don't get sentimental, it always ends up drivel.
One day, I'm gonna grow wings,
a chemical reaction,

hysterical and useless

hysterical and


let down and hanging around,
crushed like a bug in the ground.

Let down and hanging around.

Let down,
Let down,
Let down.

You know, you know where you are with,
you know where you are with,

floor collapsing, falling, bouncing back
and one day,
I'm gonna grow wings,
a chemical reaction, [You know where you are,]
hysterical and useless [you know where you are,]
hysterical and [you know where you are,]

let down and hanging around,

crushed like a bug in the ground.

Let down and hanging around.


Y un día haré que me crezcan alas, una reacción histérica, histérica e inútil...


Un poema:




PORQUE TODO ES IGUAL Y TÚ LO SABES,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.
Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.
Luis Rosales